Antes de que el cohete anunciara el comienzo de las fiestas de San Fermín Txiki, los miembros de la Corporación Txiki del año pasado han impuesto los gorros y pañuelos a la de este año.
Se trataba de un grupo de niños y niñas de nueve años que salen elegidos al azar en una fiesta de jumelage que se hace entre los distintos colegios del barrio.
A continuación, la nueva Corporación se ha encargado de lanzar el txupinazo, con los gigantes del barrio danzando y el tradicional lanzamiento de chuches, en una mañana de gran ambiente.
Desde la organización, han hecho un llamamiento a que estas sean unas fiestas en las que todo el mundo se lo pase bien y en las que no haya que lamentar agresiones.
Asimismo ha pedido a todas las personas que se acerquen a que lo hagan desde el respecto hacia el barrio y sus vecinos. Además, ha insistido en que son unas fiestas populares porque las hacen voluntarios y colectivos del barrio y que aunque parecen las segundas fiestas, estas son las de Alde Zaharra.
Unas celebraciones que este año tienen un recuerdo muy especial hacia las celebradas en 1978, tras los trágicos sucesos de los sanfermines de ese año.