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La vestimenta republicana de los zaldikos de Iruñea

La llegada de la II República no solamente supuso la desaparición de la rojigualda española del balcón del Ayuntamiento de Iruñea, sino que incluso introdujo una variante en la vestimenta de los zaldikos para hacerla más acorde a los nuevos tiempos. Ese cambio fue efímero, como también fue escasa la fama del músico Miguel Astrain, a pesar de ser el autor de una de las piezas más conocidas de los sanfermines. Dos nuevas historias sanfermineras para el quinto peldaño de la escalera.

Vestimenta republicana de un zaldiko en un cartel de los sanfermines.
Vestimenta republicana de un zaldiko en un cartel de los sanfermines.

Los portadores de los zaldikos que acompañan a gigantes, kilikis y cabezudos en las jornadas sanfermineras visten un pantalón blanco y una especie de casa roja con esclavina. En esa indumentaria se mezclan los colores rojo y amarillo, algo que al Consistorio republicano de Iruñea no entusiasmaba, ya que le debía de recordar a la bandera rojigualda. Parece ser que, por ese motivo, decidió sustituir el amarillo por el azul, un tono que se parecía más al morado de la bandera republicana.

Tras el fin de la Republica a causa de la sublevación militar y la posterior Guerra del 36, los zaldikos recuperaron los colores originales de su indumentaria.



El oscuro compositor de la canción más conocida. Algunos artistas se ven sobrepasados en fama por sus obras y un ejemplo de esa circunstancia ocurre con el músico iruindarra Miguel Astrain, autor del famoso vals del Riau-riau.

Astrain nació en la calle Mañueta el 8 de mayo de 1850. Con once años ingresó en la Escuela de Música, donde estudió solfeo, piano, clarinete y cornetín. Durante la II Guerra Carlista combatió con los fieles a Carlos VII y tras el conflicto, ingresó en la orquesta del Teatro Principal, actual Gayarre.

Posteriormente consiguió el puesto de director de la banda de música de la Meca y terminó muriendo con tan solo 45 años de erisipela, una enfermedad de la piel.

No llegó a ser un músico reconocido de Iruñea, aunque pocos autores habrán tenido el honor de que una de sus composiciones haya sido interpretada más de 180 veces en una sola tarde.