Naiz

Un carpintero de Jarauta, presunto autor del clásico «Ya falta menos»

Un carpintero de la calle Jarauta de nombre Evaristo podría ser el autor de la clásica frase que se repite en Iruñea cuando terminan los sanfermines: «Ya falta menos». Su historia adereza el segundo peldaño de la escalera sanferminera, en el que también recordamos la historia de la comida a los pobres del día de San Fermín.

Imagen del Pobre de mí, tras el que llega el habitual «Ya falta menos». (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)
Imagen del Pobre de mí, tras el que llega el habitual «Ya falta menos». (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)

La historia de Evaristo la recoge Joaquín Arazuri en su monumental ‘Historia de los sanfermines’, donde explica cómo conoció «a un castizo de la calle Jarauta, carpintero de profesión, beodo por afición, honrado y bueno como pocos, que se pasaba las fiesta remojado en vino».

Tras entonar el consabido Pobre de mí con el que concluyen las fiestas, terminaba llegando de madrugada a su hogar, donde su esposa le recriminaba el estado en el que aterrizaba en casa horas después de que terminaran los sanfermines. Ante sus comentarios, Evaristo respondía «Tú dirás lo que quieras, pero… ya falta menos para las próximas fiestas», mantra que, al parecer, repetía año tras año y que terminó popuralizándose hasta el día de hoy.



La comida municipal para los pobres. Las celebraciones en honor de San Fermín llegaban incluso a los más pobres de Iruñea gracias al Regimiento, es decir, el Ayuntamiento de antaño. Durante unos dos siglos, esta institución organizó una comida para los menesterosos de la ciudad que se celebraba en el Hospital de los Labradores del burgo de San Cermin, en la actual la plaza de la Virgen de la O.

El menú se componía de berza, vaca o buey, pan y vino en abundancia, aproximadamente unos 28 cántaros. El Regimiento pagaba todos los años a la cofradía del Hospital una propina de tres reales y medio por el alquiler de la caldera para cocer las berzas. Además, abonaba ocho reales al cocinero y siete a tres mujeres que hacían la limpieza del comedor, de las calderas, espesos, manteles y por traer agua.