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LAB critica el aforo máximo en las villavesas y que los conductores lo tengan que controlar

Ante la decisión del Gobierno de Nafarroa de reducir a la mitad el aforo máximo de las vilavesas de Iruñerria para combatir la propagación del coronavirus, el sindicato LAB critica las afecciones de esa medida en los usuarios y la plantilla, cuyos conductores son los que tienen que controlar que se cumple el citado aforo.

LAB critica el aforo máximo en las villavesas y que los conductores lo tengan que controlar.
LAB critica el aforo máximo en las villavesas y que los conductores lo tengan que controlar.

La central tilda de «irresponsable la actitud de la Mancomunidad y de la empresa TCC ante la orden dada desde el Gobierno de Chivite» y exige que se tomen medidas.

Recuerda que «el presidente de la Mancomunidad ha afirmado que la nueva restricción de las villavesas dejará viajeros en las paradas, despreocupándose por completo de que este déficit de autobuses tiene consecuencias directas en el día a día de la plantilla de conductoras de TCC».

El sindicato añade que «aparte de que muchas usuarias se quedarán fuera en horas punta y no se estará garantizando un servicio público de calidad a la ciudadanía, somos las conductoras y conductores las que tenemos que controlar los aforos de las villavesas, lo que expone a la persona trabajadora a un riesgo».

En este sentido, destaca que «nos preocupa que se generen situaciones de tensión e incluso de enfrentamientos desde los usuarios/as hacia las y los conductores, como ha ocurrido en más de una situación llegando a producirse agresiones hacia este colectivo de trabajadores/as».

Considera que cuando se tomen medidas desde el Gobierno o Mancomunidad, «deben tener en cuenta a quiénes y cómo afectan y poner soluciones encima de la mesa. Reducir el aforo de las villavesas al 50% es una medida aceptable pero irreal si se quiere seguir dando el servicio a todas las personas que diariamente usan el servicio de transporte público para acudir al trabajo o a clase».

«No nos vale que todos los responsables vean los agujeros que quedan vacíos y nos dejen apañárnoslas como podamos, no estamos dispuestas a dar la cara mientras desde la administración no esté dispuesta a poner los medios necesarios», concluye.