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Los txakolis de Iruñea, locales abiertos tres meses y con una sábana blanca como señal

En la Iruñea de antaño existían los establecimientos conocidos como txakolis, es decir, locales donde se ofrecía el caldo de las viñas de esa variedad de uva existentes en Ezkaba y la Txantrea. Abrían entre finales de mayo y mediados de agosto, y para diferenciarse de las tabernas, colgaban en su puerta una sábana blanca a modo de cortina.

El txakoli se producía en Iruñea gracias a las viñas existentes en Ezkaba y la Txantrea.
El txakoli se producía en Iruñea gracias a las viñas existentes en Ezkaba y la Txantrea.

Existían varios locales que se dedicaban a la venta de txakoli, como el de Culancho, situado en la calle Ansoleaga; el del Sastrico, en Jarauta; el del Cosechero, en San Nicolás, y el de Mientefuerte, en la calle San Lorenzo, número 10, según recoge Javier Laspeñas en su trabajo ‘Pamplona ayer’.

En los sótanos de estos locales estaban ubicados los lagos donde se pisaban las uvas y cuyo jugo era guardado en grandes cubas. Posteriormente era subido a la barra en cubos y servido en jarras de barro. Cada una de ellas costaba cinco céntimos y un litro salía por 25 céntimos.

Como su actividad como establecimientos de venta de txakoli era muy temporal, el resto del año, estos locales se dedicaban a otras actividades complementarias. Por ejemplo, uno de ellos se transformaba en peluquería y donde también se ofrecían clases de guitarra al mismo tiempo. Así, mientras afeitaba a un cliente, el responsable del local dirigía a sus tres o cuatro pupilos, que tocaban con sus instrumentos algún tema conocido de la época.