NAIZ
IRUÑEA

La asamblea del Gaztetxe Maravillas se queda en Rozalejo

La asamblea del Gaztetxe Maravillas de Iruñea ha informado que han tomado la decisión de quedarse en el Palacio Marqués de Rozalejo.

Integrantes del gaztetxe Maravillas, en una comparecencia anterior. (Iñigo URIZ/FOKU)
Integrantes del gaztetxe Maravillas, en una comparecencia anterior. (Iñigo URIZ/FOKU)

La asamblea del Gaztetxe Maravillas ha emitido un comunicado en el que hace un balance del proceso de diálogo iniciado con EH Bildu y representantes vecinales de Alde Zaharra para buscar una solución acordada al conflicto entre el gaztetxe y el Gobierno de Nafarroa.

En primer lugar, hacen «autocrítica», ya que «nos hemos equivocado de proceso a la hora de buscar una solución dialogada para el proyecto del Gaztetxe Maravillas» y agradecen al barrio y a EH Bildu «por su sincera disposición a buscar una solución acorde a las demandas de espacios autogestionados».

Destacan que «toda la situación que vino tras el desalojo condicionó los ritmos y decisiones de la asamblea al punto de hacernos tomar caminos precipitados, haciendo que avanzáramos en un proceso sin tener una opinión consensuada dentro de la misma».

La asamblea considera que el diálogo «ha pasado por distintas etapas, no exentas de debate entre posturas diversas, incluso en las que parecía que lográbamos llegar a un consenso sobre una posible solución».

«Por desgracia», añade, «no hemos podido llegar a un acuerdo entre los agentes implicados, no porque tengamos posturas contrarias, sino porque tenemos dos maneras de entender las cosas, tenemos dos modelos distintos».

Destacan que su proyecto tiene como eje central  la autogestión y, por ello, «aunque al principio mostramos predisposición a trasladarnos, hemos tomado la determinación de quedarnos».

En su opinión, Alde Zaharra vive actualmente «un proceso de gentrificación brutal» en el que los vecinos y vecinas se están «viendo obligados a abandonar el barrio debido al encarecimiento desorbitado de los alquileres, la privatización del espacio público, así como la proliferación de negocios de hostelería que perturban el normal desarrollo de la convivencia vecinal».

Para la asamblea, la forma de combatir esta problemática y construir otro modelo de barrio «no pasa por articular espacios que estén bajo la atenta mirada y limitación de unas leyes pensadas para mantener y perpetuar un orden político y económico injusto, precisamente el que ocasiona estos graves problemas para el vecindario de Alde Zaharra».

Frente a ello, optan «por la construcción y organización de espacios de contrapoder popular donde podamos trabajar en conjunto, sin cortapisa alguna, para suplir nuestras propias necesidades». Y entiende que el trabajo que realizan «no se puede llevar a cabo dentro de las limitaciones que supone la institución» ni «dentro de unas limitaciones legales» que a su juicio lo «imposibilitarían».

Tras señalar que todavía creen que «se pueden explorar nuevas vías de interrelación entre el movimiento popular y las instituciones», la asamblea insta al Gobierno de Nafarroa a que «abandone de una vez por todas la vía represiva» y «aborde esta situación con altura de miras, sin darle más relevancia de la que merece y sin delegar en otros agentes la responsabilidad de darle fin a este conflicto».