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El torreón que reubica la fortaleza de Luis el Hutín en la plaza del Castillo de Iruñea

Los restos de un torreón hallados en las obras de rehabilitación del edificio del antiguo hotel Quintana pertenecen a la fortaleza del siglo XIV que dio nombre a la plaza del Castillo de Iruñea, según señalan fuentes de la Institución Príncipe de Viana. Este hallazgo ha reubicado la posición de este castillo, situado tradicionalmente más al norte, en las inmediaciones del hotel La Perla.

Restos de la torre localizados durante las obras en el antiguo hotel Quintana de la plaza del Castillo.
Restos de la torre localizados durante las obras en el antiguo hotel Quintana de la plaza del Castillo.

Los hallazgos arqueológicos obligan a reescribir permanentemente la historia de Iruñea. Hace unos años, las obras del aparcamiento de la plaza del Castillo hicieron mil pedazos las dimensiones que se consideraba tenía la ciudad romana. Si hasta entonces la teoría más extendida señalaba que esa población no excedía prácticamente los límites de la Navarrería, las excavaciones del citado parking sacaron a la luz un complejo de termas que evidenciaba que la urbe era mucho más grande y que podría extenderse hasta la iglesia de San Lorenzo, como ya habían aventurado algunos historiadores.

En esta ocasión, han sido las obras en un extremo de la plaza las que han hecho replantearse el emplazamiento de la fortaleza que dio nombre a la plaza del Castillo. Durante años se ha sostenido que esa fortaleza fue levantada por el rey Luis el Hutin en las inmediaciones de la zona que actualmente ocupa el hotel La Perla, en el extremo norte de la plaza. De hecho, durante las obras del parking de la plaza del Castillo que rompieron lo establecido sobre la Iruñea romana no se actuó en ese cuadrante para no toparse con los restos de la fortaleza medieval.

Sin embargo, otros trabajos han venido a replantear la ubicación del castillo. La pasada semana salía a la luz pública a través de las redes sociales que en las obras del antiguo hotel Quintana habían aparecido los restos de un torreón de base circular.

Por su aspecto parecía un cubo del siglo XVI, lo que podía indicar que formaba parte del castillo levantado por Fernando el Católico tras la conquista española de 1512 para reforzar las defensas del flanco sur de la ciudad.

Sin embargo, fuentes de la Institución Príncipe de Viana empezaron a apuntar a que podría tratarse de los restos de una torre del castillo levantado en Iruñea entre 1308 y 1310. ¿Cómo era posible si por emplazamiento y forma no parecían corresponder a esa fortaleza?

Por un lado, esas fuentes de Príncipe de Viana indicaron que en otras obras habían aparecido restos que se sospechaba que podían pertenecer a ese castillo. Así había sucedido en el cercano Casino Eslava, donde en 2007 emergió un tramo de muro. La explicación más plausible a la existencia de ese lienzo era su pertenencia al castillo de Luis el Hutin, lo que hacía que su ubicación realmente estuviera más al sur de lo tradicionalmente aceptado. Los restos del torreón ahora hallados enlazarían con el citado muro y vendrían a reforzar ese cambio de emplazamiento al mostrar uno de los cubos del mismo.

¿Y la forma redonda? Ese tipo de construcción parece más propia de épocas posteriores, especialmente del siglo XVI. Y así eran las cuatro torres del castillo de Santiago levantado por Fernando el Católico y en el que resultó herido Ignacio de Loyola en 1521, durante el tercer intento de recuperación del reino llevado a cabo por sus legítimos soberanos.

Sin embargo, también existe una explicación a esa extraña circunstancia. Según destacan algunos expertos, el castillo de Luis el Hutin se construyó siguiendo modelos franceses, algo lógico si tenemos en cuenta que la Corte navarra estaba entonces en Francia, ya que el rey navarro era también príncipe y heredero de la Corona gala, que terminaría siendo suya en 1314 a raíz de la muerte de Felipe el Hermoso, esposo de la reina Juana I de Nafarroa. De acuerdo con ese patrón constructivo, las torres del castillo del siglo XIV podrían tener una base de forma circular, como es el caso del torreón encontrado.

Por el momento, las obras en el solar del hallazgo están paralizadas para hacer un estudio más exhaustivo de los restos, que los propietarios del edificio han anunciado que tienen intención de integrar en la obra. Incluso se están planteando la posibilidad de facilitar el acceso para que se puedan visitar.

De esta manera, se preservarían unos restos especialmente valiosos al tratarse de una fortaleza que ha dejado una profunda huella en la ciudad al dar nombre a uno de los espacios más emblemáticos de Iruñea.