La sentencia, dictada de conformidad, obliga además al acusado a indemnizar a la empresa Iberdrola con 4.500 euros, y absuelve de los mismos delitos a una mujer que convivía con el acusado.

Según el texto, los hechos se comprobaron en abril de 2015, cuando la Policía española realizó un registro en el domicilio de Iruñea de los acusados, donde se hallaron 43 plantas de cannabis así como «multitud de útiles de cultivo y elementos para la manipulación de sustancias estupefacientes» como abonos, fertilizantes, lámparas o transformadores, entre otros.

Asegura la sentencia que los acusados poseían el cannabis para venderlo a terceras personas, como lo demuestra los 450 euros hallados en el lugar, producto de la ilícita actividad de venta.

Además, al día siguiente los agentes registraron un local alquilado por el acusado en el barrio de Arrosadia, donde hallaron otras 72 plantas de cannabis y «multitud» de útiles de cultivo y elementos para la manipulación de sustancias estupefacientes.

Así, había macetas vacías, fumigadores, un controlador de humedad y temperatura, bombillas, extractores de olor o pantallas reflectoras, entre otras muchas cosas, que eran usadas para la manipulación y distribución de la droga intervenida que vendían a terceros.

Además, el local no tenía contratado ningún tipo de abastecimiento eléctrico, aunque contaba con un enganche ilegal de energía eléctrica desde la red de distribución de Iberdrola.