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Una propuesta ciudadana dio origen a las dianas en 1876

Una propuesta ciudadana dio origen a las dianas sanfermineras, que se tocaron por primera vez el 7 de julio de 1876 a las cinco de la mañana, ya que el encierro se celebraba a las seis. El comienzo de esa tradición coincidió con la irrupción de Remigia Echarren como equilibrista y que le supuso recibir el sobrenombre de ‘Reina de las alturas’. Dos nuevas historias sanfermineras para el sexto peldaño de la escalera.

Imagen de las dianas sanfermineras, que se celebraron por primera vez en 1876. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)
Imagen de las dianas sanfermineras, que se celebraron por primera vez en 1876. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

Nada más terminar la Segunda Guerra Carlista, el Ayuntamiento de Iruñea se planteó la posibilidad de suprimir el encierro, pero la presión popular hizo que la Corporación municipal se lo pensara y decidiera celebrar los días de corridas a las seis en punto de la mañana.

En medio de ese debate un suscriptor de un periódico de la época, ‘El Eco de Navarra’ envió a ese rotativo una nota en la que sugería la posibilidad de que una banda de música recorriera las calles de la ciudad a las cinco de la mañana «para despertar al vecindario».

El Ayuntamiento también aceptó esta sugerencia y en la madrugada del 7 de julio de 1876 se interpretaron las primeras dianas sanfermineras a esa hora a cargo de la banda de música de la Meca.



Remigia Echarren, la ‘Reina de las alturas’. Remigia Echarren nació en 1854 en Iruñea, ciudad en donde se haría famosa como funambulista sobre la maroma hasta el punto de hacerse acreedora al sobrenombre de ‘Reina de las alturas’.

En los sanfermines de 1883, concretamente el día 9 de julio, atravesó el río Arga sobre una maroma situada a diez metros de altura en las proximidades del molino de Caparroso. La travesía le costó cuatro minutos y a continuación volvió a recorrer la cuerda con los ojos vendados y cubierta de medio cuerpo para arriba con un saco de tela gruesa.

Al año siguiente, Remigia, también conocida como Mlle. Agustine, atravesó cuatro veces de noche una gran parte de la plaza del Castillo sobre una maroma, una de ellas con los ojos vendados y haciendo ejercicios difíciles.

El 11 de julio de 1886, la Remigia cruzó también de noche la maroma colocada a gran altura en la plaza del Castillo, ejecutando difíciles y arriesgados ejercicios de equilibrio. Estas tres fueron las actuaciones que realizó durante las fiestas de Iruñea.

La vida de esta iruindarra se puede conocer a través del documental elaborado por proyecto ‘Píldoras de vida’, puesto en marcha por el grupo Nombrar Mujeres en Pamplona que busca reconocer y visibilidad la labor realizada por diferentes mujeres en su contribución a la historia de Iruñea.