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Una merienda para los toros de más de doscientos platos

Si las actuales meriendas que se pueden ver en la plaza de toros en las tardes sanfermineras resultan pantagruélicas, difícil lo tienen para rivalizar con la que organizó un virrey en el siglo XVII y que estuvo integrada por más de doscientos platos. Casi mereció formar parte del programa oficial de las fiestas, del que recogemos en el tercer peldaño de la escalera los actos que integraron el primero organizado en julio, allá por el año 1591.

Típica merienda sanferminera en la plaza de toros de Iruñea. (ARGAZKI PRESS)
Típica merienda sanferminera en la plaza de toros de Iruñea. (ARGAZKI PRESS)

La descomunal merienda tuvo lugar durante la corrida extraordinaria del 10 de julio de 1628 y en la misma, el virrey de Nafarroa obsequió a sus invitados con tan particular banquete. La cantidad era tan impresionante que una parte del condumio terminó siendo arrojado al ruedo, donde la ‘plebe’ peleó lo suyo para hacerse con las empanadas y las frutas.

Eran tiempos en los que se programaba una sola corrida en las fiestas, pero en la que se llegaban a lidiar un total de trece astados.



El programa de los primeros sanfermines de julio. Como se recordará, los sanfermines no se celebraban en origen en julio, pero el mal tiempo y la existencia de unas importantes ferias al comienzo del verano hicieron que se terminara acordando el cambio de fecha al ya habitual 7 de julio.

Los primeros sanfermines celebrados con el cambio de fecha tuvieron lugar en 1591 y para la ocasión, el Regimiento acordó un programa especial. En el mismo, se contemplaba un pregón con gran ceremonia y acompañamiento de atambores reales, clarines, nuncios y fieles.

También se organizó la celebración de un torneo en la plaza del Castillo para el que se levantó una tribuna y se construyeron doscientas lanzas. Además, se armó un escenario en el mismo lugar para representar la obra de teatro ‘Comedia y tragedia del Bienaventurado San Fermín’, que corría a cargo de los jesuitas.

Para el día 8 de fijó una corrida de toros extraordinaria con maceros y timbales, y también se decidió incrementar y mejorar las danzas de la posesión e iluminar con velas la Casa del Regimiento.