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Diversas actividades en Iruñea para pedir la paralización del hostel de Unzu

El colectivo Bizitzeko Alde Zaharra de Iruñea organiza varias actividades con las que «dar a conocer la problemática» asociada al proyecto de creación de un hostel de 277 plazas en el antiguo edificio de Unzu y pedir su paralización.

El edificio del antiguo Unzu en Iruñea podría albergar un hostel de 277 plazas.
El edificio del antiguo Unzu en Iruñea podría albergar un hostel de 277 plazas.

En un comunicado hecho público, el citado colectivo señala que «ante la próxima votación de la nueva normativa que regula los alojamientos turísticos en el Casco Viejo de Pamplona, que podría suponer dar luz verde al proyecto de construcción de un macrohostel en la antigua Casa Unzu, el colectivo Bizitzeko Alde Zaharra, integrado en la plataforma vecinal AZ Ekimena, ha organizado distintas acciones con las que dar a conocer la problemática asociada a este proyecto y reclamar su paralización definitiva».

Dentro de las actividades programadas, el lunes 10 de diciembre a las 19.30 horas se ofrecerá una charla en la sala Calderería, 11 para explicar «en qué consiste el proyecto de Unzu y qué riesgos implica para el barrio».

El miércoles 11, también a las 19.30 horas, se ha convocado una concentración en la plaza Mercaderes, frente a Unzu, en la que se quiere reunir a 277 personas, las mismas que plazas tendría el hostel, para mostrar de forma visual cuál sería el impacto de este establecimiento turístico.

Bizitzeko Alde Zaharra recuerda que «el Casco Viejo, según datos del Ayuntamiento de Pamplona, cuenta con 183 plazas turísticas por cada 1.000 habitantes, frente a las 17 plazas por 1.000 habitantes del resto de la ciudad. De ese modo, un barrio en el que vive el 5,5% de la población de la ciudad aglutina aproximadamente el 40% de las plazas turísticas, y el 45,5% de las personas que residen en él tiene más de 100 plazas turísticas en un radio de 100 metros desde su portal».

En ese marco, un hostel de 277 plazas (además de diez viviendas de lujo, un restaurante-cafetería y un salón chill-out) «se convertiría en una bomba de relojería para una convivencia equilibrada y sostenible. El hostel proyectado en el edificio de Unzu sería uno de los mayores del Estado, con casi el mismo número de plazas que todos los albergues que ya existen en la ciudad juntos».

Considera que, «además de no responder a una demanda real de este tipo de alojamientos, su impacto sobre la vida vecinal, el pequeño comercio y la movilidad en el Casco Viejo podría ser devastador».

Ante esa situación, las distintas actividades programadas buscan «informar al vecindario sobre las implicaciones que podría tener la nueva normativa, así como reclamar a los distintos grupos políticos que no hipotequen el futuro del barrio con decisiones como la autorización del macrohostel de Unzu».