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La catedral de Iruñea exhibe tres trozos del cráneo y un fémur de San Fermín

Con enero, comienza la subida de la escalera sanferminera y, en esta ocasión, el primer peldaño está dedicado precisamente al santo que ha dado origen a la fiesta de julio y de cuyos presuntos restos se pueden ver varios fragmentos en la catedral de Iruñea. En concreto, se presentan unos relicarios con tres trozos del cráneo y un fémur, el derecho.

Imagen del fémur de San Fermín que se puede ver en la catedral de Iruñea.
Imagen del fémur de San Fermín que se puede ver en la catedral de Iruñea.

Con motivo del año jubilar de San Fermín, que se está celebrando entre 2017 y 2018, la catedral de Iruñea expone varias reliquias del santo, es decir, varios presuntos restos del que está considerado como primer obispo de la ciudad. Estos huesos fueron hallados el 13 de enero del año 615 por San Salvio, obispo de Amiens, en el lugar donde, según la tradición, fue martirizado el santo iruindarra.

En la seo iruindarra, los presuntos restos del santo se encuentran ubicados detrás del coro, en el lugar donde se puede contemplar una figura precisamente de San Fermín. En ese espacio se ha habilitado un lugar donde se exhiben cuatro reliquias.



En el centro se encuentra la primera que llegó a Iruñea. Lo hizo en el año 1186 y de la mano del obispo de Iruñea Pedro de París, también llamado de Artajona, que la recibió de su homólogo de Amiens Teobaldo de Heily. Se trata de un trozo del cráneo y con su llegada se inició el culto a San Fermín, lo que explica que ninguna de las parroquias más antiguas de la ciudad esté dedicada al obispo moreno.

Ese hueso fue colocado en el busto guarnecido de plata de 1527 en el que se puede ver hoy en día, aunque fue transformado en el siglo XVIII. En concreto, ese fragmento es visible en el pecho de la imagen.



A su izquierda se encuentra otra reliquia y que también consiste en una parte del cráneo. Llegó a Iruñea dos siglos después de la primera, en 1386, gracias a la mediación del rey Carlos II. Se conserva en un relicario de la catedral con forma de copón esferoide trabajado en labor de morisco. Está datado en la primera mitad del siglo XVI.

Junto al copón se puede ver un relicario con forma de cabeza de plata de la primera mitad del siglo XVII que alberga un tercer fragmento del cráneo del santo. Llegó a Iruñea en 2017 procedente del monasterio de las Monjas Mínimas de San Francisco de Paula en Daimiel (Ciudad Real).



La cuarta reliquia, y de mayores dimensiones, es el presunto fémur derecho del santo. Fue enviada a Iruñea en 1941 por el obispo de Amiens Luciano Martin. La reliquia se puede contemplar dentro de una arqueta relicario llamada de los franceses.

La existencia de estos restos atribuidos a San Fermín contrasta con el hecho de que los historiadores tienen serias dudas de que el santo iruindarra fuera una persona de carne y hueso, ya que no existe ninguna evidencia histórica que demuestre su existencia y que la persona que fue martirizada en Amiens se tratara de alguien llegado desde Iruñea. Pero esto ya supone contraponer la tradición y la fe al relato riguroso del pasado.