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La torre bombardeada de la iglesia de San Lorenzo

La fachada de la actual iglesia de San Lorenzo fue muy diferente hasta mediados del siglo XIX, ya que estaba integrada por una gran torre que había formado parte de las defensas de la ciudad y que tuvo que ser reducida al resultar dañada por los cañonazos efectuados desde la Ciudadela en 1841. A pocos metros, en el Bosquecillo, todos los años se recuerda con un responso a los ladrones que fueron ejecutados por robar la figura de San Miguel de Aralar.

Fachada actual de la iglesia de San Lorenzo, muy difente de como era hasta mediados del siglo XIX.
Fachada actual de la iglesia de San Lorenzo, muy difente de como era hasta mediados del siglo XIX.

La torre de la iglesia de San Lorenzo había sido un amplio lienzo de muralla que formaba parte de las estructuras defensivas del recinto amurallado de Iruñea. Esa enorme torre tuvo que ser rebajada en 1850 para evitar su derrumbamiento por encontrarse la parte superior muy dañada a causa de los cañonazos recibidos por un bombardeo. Ese ataque tuvo lugar en 1841, cuando el general O'Donnell ordenó abrir fuego con los cañones de la Ciudadela contra Iruñea durante el pronunciamiento contra el general Espartero instigado por María Cristina de Borbón.



El responso en el Bosquecillo por los ladrones de San Miguel de Aralar. Cada lunes siguiente a la Semana de Pascua, San Miguel de Aralar suele llegar a Iruñea por el Bosquecillo de la Taconera, donde es recibido por el ángel de la Casa de Misericordia. En ese lugar se reza un responso en recuerdo de los tres ladrones de la efigie del arcángel que fueron ahorcados el 18 de mayo de 1800. El 11 de mayo de 1797, siete hombre procedentes de Behe Nafarroa robaron la imagen de San Miguel. La efigie fue recuperada en Erratzu y los ladrones fueron detenidos en Alduides. Tres de ellos fueron ahorcados por el delito cometido.