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Arrosadia, hogar del guerrillero ‘el Mochuelo’ y el cementerio de guerra de Aranzadi

El barrio iruindarra de Arrosadia también ha sido conocido como barrio del Mochuelo en honor de un guerrillero que combatió durante la Primera Guerra Carlista (1833-39). Años más tarde, en la Segunda Guerra Carlista (1872-76), la vuelta de Aranzadi llegó a convertirse en cementerio de guerra a raíz del robo del coche mortuorio de la ciudad en una acción de los partidarios de Carlos VII.

Arrosadia fue el hogar del guerrillero liberal Urbano Igarreta, más conocido como ‘el Mochuelo’. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)
Arrosadia fue el hogar del guerrillero liberal Urbano Igarreta, más conocido como ‘el Mochuelo’. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)

En concreto, esa denominación del barrio de Arrosadia se realizaba en honor del guerrillero liberal Urbano Igarreta, que tenía ese apodo. Su partida fue creada durante la Primera Guerra Carlista para hacer frente a los guerrilleros carlistas que tenían cercada Iruñea. ‘Mochuelo’ sobrevivió a un enfrentamiento con la partida de Andrés Bruno en Anoz, pero resultó muerto luchando contra una compañía de caballería.

La vuelta de Aranzadi, cementerio de guerra. Durante la Segunda Guerra Carlista, Iruñea estuvo sitiada por las fuerzas carlistas, que el 1 de diciembre de 1874 robaron el coche mortuorio cuando llevaba dos cadáveres al cementerio de Beritxitos. La sustracción obligó a llevar los muertos a hombros hasta la ciudad. Para evitar situaciones parecidas, las autoridades habilitaron un campo santo provisional debajo del Portal de Francia, en la actual vuelta de Aranzadi. A principios de febrero, se levantó el sitio a la plaza y se dejó de utilizar el cementerio provisional y poco después se recogieron los restos de las personas enterradas en ese lugar para ser inhumadas en Beritxitos.

Las dos explosiones del molino de la Pólvora. En Iruñea existió un molino de la Pólvora levantado en Errotazar en la segunda mitad del siglo XVI. Esa estructura sufrió dos explosiones. La primera en 1673 y la segunda, el 17 de marzo de 1733. En este último caso, el inmueble tenía una gran cantidad de pólvora almacenada, lo que hizo que la onda expansiva provocara destrozos en la ciudad.