Pello Guerra

La evolución de Iruñea, un profundo cambio a vista de pájaro

En el último siglo, Iruñea ha experimentado una profunda transformación, pasando de una ciudad que prácticamente no había aumentado su superficie desde la Edad Media, a la urbe que hoy en día ha llegado a los límites de las localidades próximas de la comarca.

Iruñea en 1929 y en 2014
Iruñea en 1929 y en 2014

 

Hace cien años, los habitantes de Iruñea celebraban el derribo de una parte de las murallas que hasta entonces no habían dejado expandirse la ciudad y a partir de ese momento comenzó un proceso que se ha prolongado de manera prácticamente ininterrumpida. Así lo ponen de relieve estas imágenes que ofrece el Sistema de Información Territorial de Nafarroa (SITNA) en su página web. En las mismas se aprecia el citado proceso desde 1929 hasta la actualidad.

 



Una ciudad que empieza a crecer
Esta imagen corresponde al año 1929 y en ella ya se aprecian las transformaciones que está empezando a experimentar la ciudad, especialmente por el sur, donde ya se observa la presencia del Segundo Ensanche, que se estaba levantando siguiendo el diseño del arquitecto Serapio Esparza. Junto a la Ciudadela, también aparece el Primer Ensanche, levantado a partir de 1888. Y fuera de las murallas, se encuentran la viviendas de Rotxapea y Magdalena.

 



La Txantrea se convierte en un nuevo barrio
Un salto en el tiempo nos sitúa en 1956-57. Al sur, figura prácticamente completo el Segundo Ensanche, con el monumento a los caídos cerrando el extremo sur de Iruñea, aunque la principal novedad se encuentra al norte. La Txantrea, con sus viviendas dotadas con un pequeño huerto y una bajera, se ha sumado a los barrios de la ciudad. Cerca de la Ciudadela aparece el mítico campo de San Juan, donde Osasuna jugaba sus partidos hasta que diez años después se trasladó a El Sadar.

 



La gran expansión
Llegamos a 1982 y la imagen que ofrece la ciudad es ya muy diferente. En algo más de dos décadas, Iruñea ha sumado varios barrios e incrementado la envergadura de otros. Por el norte, ha crecido la Txantrea, se han levantado las Orvinas y también han aumentado su superficie edificada Rotxapea y Sanduzelai. Pero es en el oeste donde se ha vivido la gran expansión con la construcción de los barrios de Donibane, Iturrama, Azpilagaña, Mendebaldea..., aunque algunos todavía están en una fase muy incipiente.

 



Llega Mendillorri y crece el norte
A finales de los 90, Mendillorri se incorpora a Iruñea como un nuevo barrio de la ciudad después de haber pertenecido administrativamente a Egues. Al mismo tiempo, la capital aumenta la superficie edificada de sus barrios más antiguos de la zona norte, como son Sanduzelai y Rotxapea, donde los inmuebles van poblando zonas hasta entonces ocupadas por huertas y campas dedicadas al ocio.

 



Una ciudad que se aproxima a las localidades vecinas
El crecimiento de Iruñea prosigue con la llegada del siglo XXI, momento en el que la capital sigue expandiéndose hasta aproximarse a las localidades vecinas de la comarca. Por el norte, se levanta el barrio de Buztintxuri, en el que viven aproximadamente 5.000 personas. Y de nuevo por el sur, Lezkairu deja de ser una zona de huertas para convertirse en un nuevo espacio residencial. En general, la ciudad ha experimentado el boom de la burbuja inmobiliaria de comienzos de los años 2000, cuyo estallido parece marcar, por el momento, un parón a ese crecimiento.