El caso es que un día el felino del rey residente en la Mañueta apareció muerto. Su fallecimiento fue certificado por el notario Johanco de Janáriz el 23 de agosto de 1418. No se sabe qué le ocurrió a Acen, el judío que se encargaba de cuidar al león fallecido, aunque seguro que la muerte de su particular ‘inquilino’ le generó serios problemas.

Las torres del rey en San Francisco. En lo que hoy en día es la calle San Francisco, los reyes de Nafarroa contaron con un complejo residencial que disponía de al menos dos torres. En la mayor, Carlos III guardaba la vajilla de oro y plata de los reyes. Ese complejo residencial había sido potenciado por Carlos II y en 1403 se instaló en la torre la nueva casa de la moneda y durante un tiempo albergó a la Cámara de Comptos. En la parte posterior de la torre existió un juego de pelota. Posteriormente, parte del inmueble se convirtió en el nuevo convento de los franciscanos en compensación por el derribo de su cenobio en 1521.