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Sancha Ramírez, obispa de Iruñea por un año

¿Quién dijo que las mujeres que no pueden ser obispas en la Iglesia católica? Es una rara avis, pero Sancha Ramírez llegó a ser responsable de la sede de Iruñea durante un año. Una situación especialmente peculiar, tanto como el hecho de que el palacio de los monarcas navarros en la capital perteneció al obispo durante más de dos siglos.

 

La Diócesis de Iruñea fue gobernada por una mujer obispa durante un año en el siglo XI.
La Diócesis de Iruñea fue gobernada por una mujer obispa durante un año en el siglo XI.

Sancha Ramírez era hija de Ramiro de Aragón y hermana de Sancho Ramírez, rey de Iruñea desde el año 1076. Esta princesa estuvo al frente de la Diócesis de Iruñea durante un año e incluso llegó a dirigir el monasterio de Santa Cruz de los Serós y el monasterio masculino de San Pedro de Siresa. Cuando el cardenal Ricardo, legado del Papa Gregorio VII, se enteró de lo que ocurría en Iruñea, amenazó con la excomunión a todos aquellos que apoyaran a la peculiar obispa, lo que puso fin a su carrera episcopal.

El palacio real que pertenecía al obispo. El Archivo General de Nafarroa se encuentra en el inmueble rehabilitado que durante siglos fue el palacio real de San Pedro. Este palacio fue construido por Sancho el Sabio hacia el año 1189 y su hijo, Sancho el Fuerte, se vio en la circunstancia de cederlo al obispo de Iruñea en 1198 a cambio de 70.000 sueldos con los que poder financiar la guerra contra Castilla y Aragón. A partir de ese momento, los reyes navarros se alojaron algunas veces en el palacio, pero siempre con el permiso del obispo, que era el verdadero titular del inmueble. Esta anómala situación finalizó cuando el obispo Lancelot, hijo bastardo de Carlos III, construyó un nuevo palacio episcopal en 1427, momento que su hermanastra y reina Blanca aprovechó para pedir al Papa la devolución del palacio real a la corona, algo a lo que Martín V accedió.