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El encierro al revés de Curioso y la desbandada que provocó un toro inexistente

En el quinto peldaño de la escalera sanferminera, nos centramos en el toro, uno de los grandes protagonistas de las fiestas, a través de dos curiosidades. En el primer caso, con el encierro al revés protagonizado por Curioso hace tan solo dos años y en el segundo, con la desbandada que provocó un toro inexistente en el año 1889.

El toro Curioso inicia el recorrido a la inversa del encierrillo escoltado por los mansos en el histórico encierro del 11 de julio de 2015. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)
El toro Curioso inicia el recorrido a la inversa del encierrillo escoltado por los mansos en el histórico encierro del 11 de julio de 2015. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)

La carrera del 11 de julio de 2015 ha quedado para los anales del encierro, ya que uno de los astados que lo protagonizaron realizó su particular carrera a la inversa, con encierrillo invertido incluido.

Esa mañana sanferminera corrían los toros de la ganadería José Escolar y cuando la manada llegó a la altura del edificio del Departamento de Educación, el toro llamado Curioso se lo pensó dos veces y tras girarse, se dirigió a los corrales de Santo Domingo antes de que se cerraran las puertas.

Antes de que se pudiera hacer nada para revertir la situación, el encierro había terminado y el recorrido ya volvía a estar ocupado por la gente, así que no se podía plantear que el morlaco cubriera la distancia hasta la plaza de toros en solidario.

Tras analizar la situación con todos los implicados, el alcalde Joseba Asiron decidió que el toro volviera los corrales del Gas realizando un encierrillo a la inversa. Tras perimetrar el espacio, cerca de las 9 de la mañana, se sacaron a los mansos de cola de su corral y fueron introducidos en los corrales de Santo Domingo, donde estaba el solitario Curioso. Diez minutos más tarde, se volvió a abrir el portón de los corrales y los mansos guiaron al astado hasta los corrales del Gas. A continuación, Curioso fue encajonado y transportado en un camión hasta la plaza de toros, donde aguardaban el resto de sus hermanos al toro ‘insumiso’.



El falso toro que provocó una desbandada en la Estafeta. A finales del siglo XIX, uno de los entretenimientos de los iruindarras era dar paseos por la calle Estafeta. Uno de esos paseos terminó en desbandada en los sanfermines de 1889. Con la calle a tope de concurrencia, alguien tuvo la ocurrencia de gritar: «¡Un toro!».

Teniendo en cuenta que eran las fiestas, era posible que uno de los astados hubiera escapado y se presentara en ese lugar, así que se produjo una enorme desbandada que dejó la calle vacía de gente y con el suelo cubierto de sombrillas, abanicos, sombreros, zapatos, mantillas y un largo etcétera. El que no apareció por ninguna parte fue el astado que había generado tanto pánico.