Junto al puente de Curtidores se encontraba el que durante muchos años fue el lavadero de Arrotxapea, el más importante de Iruñea. Allí se reunían las lavanderas para hacer su trabajo, que en muchos casos realizaban para personas que les pagaban unos céntimos para que les limpiaran la ropa. Estas mujeres recogían la ropa sucia el lunes y se trasladaban a ese punto de la orilla del Arga para lavar a mano las prendas arrodilladas sobre un saco vacío doblado dentro de media caja de sardinas. En febrero de 1899, el Ayuntamiento ordenó plantar dos hileras de plataneros que hoy en día todavía se encuentran en ese lugar, a diferencia del desaparecido lavadero.

El prostíbulo del paseo de los Enamorados. Sobre el origen del nombre de este popular espacio de Arrotxapea existen dos posibles explicaciones. Una sería que, al tratarse de un lugar solitario, las parejas de enamorados iban a pasear y hablar por ese lugar. Pero existe una segunda acepción, que incluso algunos historiadores consideran más veraz que la primera, según la cual el origen del topónimo sería la presencia en las cercanías de una casa de mujeres ‘enamoradas’, término que en el siglo XVI se aplicaba a aquellas que practicaban la prostitución.

La Venecia de Curtidores. En uno de los caserones del barrio de Curtidores, junto al puente del mismo nombre de Arrotxapea, se instaló en los años 30 del pasado siglo una sociedad llamada El Venecia. Durante la semana, alquilaban barcas para navegar por el Arga. Eran de color azul cobalto claro y otras eran de tono bermellón. Con ellas, se podía navegar hasta la presa de Santa Engracia y hasta las Mañuetas. La hora de barca salía por cinco ochenas. En el local se celebraban verbenas las tardes de los días festivos.