Iñaki Vigor

El Gallico de San Cernin, símbolo persa adaptado por el cristianismo

Visto de cerca, el Gallico de San Cernin más parece un ser mitológico que un gallo. Se trata de una veleta que corona una de las torres de la iglesia de San Cernin o San Saturnino, patrón de Iruñea. Este animal era el símbolo personal del emperador persa Cosrroes II, que cuando conquistó los Santos Lugares, ordenó sustituir las cruces por gallos dorados. El cristianismo lo adoptó posteriormente y lo adaptó a su propia simbología.

El famoso gallo que corona una de las torres de la iglesia de San Saturnino de Iruñea. (FOTOGRAFÍAS: Iñaki VIGOR)
El famoso gallo que corona una de las torres de la iglesia de San Saturnino de Iruñea. (FOTOGRAFÍAS: Iñaki VIGOR)

La iglesia de San Cernin es una imponente fortaleza de gruesos muros rematada por dos torres que destacan en el cielo de la ciudad tanto o más que la catedral. Cuenta la historia que este templo gótico fue levantado en el siglo XIII sobre otro antiguo templo romano dedicado a Diana, diosa de la caza cuyo equivalente griego era Artemisa.

Muy cerca de la puerta principal de la iglesia, sobre las escaleras que conectan con la cuesta de Santo Domingo, un mural representa a Diana agarrando a un ciervo por su cornamenta. Su figura rememora los tiempos de las creencias paganas en la vieja Iruñea, antes de la llegada del cristianismo.

Esta iglesia-fortaleza era el centro religioso del burgo de San Cernin, formado por una población de inmigrantes francos. «Sus gentes decidieron dedicar a Saturnino su iglesia y el nombre de la nueva población. En la lengua occitana que hablaban aquellos burgueses, Saturnino se decía Sernin, de donde deriva el actual San Cernin», según la explicación de Joseba Asiron.

¿Y quién era Saturnino? Para responder a esta pregunta ya no sirve la historia, sino que hay que echar mano de la leyenda. Se dice que nació en Toulouse, que viajó hasta Iruñea y que aquí bautizó a los primeros cristianos, tal como lo recuerda la inscripción colocada sobre el pozo del que habría tomado el agua bautismal.

La leyenda dice que Saturnino murió un 29 de noviembre «hacia el año 250» (resulta llamativo que el día sea más preciso que el año), y que en ese pozo bautizó al que llegaría a ser San Fermín. Así pues, el patrón de Iruñea (decisión que se tomó en 1611) habría cristianizado al copatrón de Nafarroa.

Ese pozo está en la confluencia de las calles Jarauta, Mayor y San Saturnino. Sobre él se alzan las dos impresionantes torres de porte militar que elevan la iglesia de San Cernin a 55 metros sobre el suelo. Si afinamos la vista, veremos que una de ellas está coronada por una veleta con forma de gallo. En su origen, el simbolismo de este animal no era cristiano, sino profano. Era utilizado por el emperador Cosrroes II de Persia, conocido como ‘rey de reyes’, que gobernó entre los años 590 y 628.

Tras sus victorias, este emperador obligaba a sustituir las cruces de los templos cristianos por gallos dorados. Curiosamente, dos siglos después fue el Papa Nicolás I quien obligó a colocar en lo más alto de las iglesias un gallo, no como elemento profano sino sagrado, como símbolo de vigilancia y también como alusión a San Pedro «por haber negado tres veces a Jesús».

Así lo explica la página web de la iglesia de San Cernin, que también aporta otras interpretaciones: «Normalmente, la veleta se compone de una cruz sobre la que se coloca una bola (representa al mundo redimido por Cristo) y sobre la bola se coloca el gallo (éste solía ser de cobre cubierto por una capa de oro). Además, el gallo es símbolo de la luz (anuncia la salida del Sol) y es uno de los tres animales emblema de Cristo, junto con el águila y el cordero. Así pues, el gallo significa la supremacía de lo espiritual sobre lo material».

Con el tiempo, ese gallo metálico se ha convertido en uno de los emblemas más conocidos de la ciudad, e incluso ha sido elegido por la sociedad gastronómica Napardi para acuñar la medalla del ‘Gallico de Oro’, un premio que otorga cada año a personas que destacan en el campo de las artes, las ciencias, el deporte, la cultura y las humanidades.