Asiron trasladó esas reglas del juego a los cuatro partidos que sustentan el cambio en Iruñea en la reunión que estas formaciones mantuvieron en la tarde de ayer y en la que el alcalde exigió «actuar con responsabilidad, porque no me parece que sea responsable intentar dirimir diferencias en el terreno mediático sin hacerlo en el político».

El alcalde ha reconocido en una comparecencia ante los medios que existe una cierta crisis en el Consistorio iruindarra, algo que «beneficia a la derecha política y mediática», aunque la califica de política, «en el terreno de los partidos, donde unos no se fían de otros», pero considera que «en modo alguno es una crisis de gestión».

En ese sentido ha destacado la labor que está realizando el gobierno municipal, que solo este año, ha puesto en marcha 25 proyectos, tres de ellos especialmente importantes en la dos últimas semanas: amabilización del Ensanche, carril-bici de Pío XII y el plan de Arrosadia.

Cuando se ha alcanzado el ecuador de la legislatura, Asiron considera que llega «lo mejor, cuando los proyectos deberían florecer» Y para estos dos próximos años ha decidido establecer unas «reglas del juego» claras para los cuatro partidos que sustentan el gobierno municipal, «porque el cambio sigue en marcha y habrá que restaurar la confianza».

Esas reglas pasan por cinco principios que Asiron considera básicos en cualquier fórmula de trabajo en equipo. El primero es la búsqueda de consensos, «que debe ser el objetivo, pero cuando no hay consensos, vienen las mayorías y sin derecho a veto». El segundo es lealtad, de tal manera que «las disensiones se diriminen en el seno del gobierno a 14 y la decisión que se toma pertenece a todos». El alcalde reconoce el «derecho a la divergencia, pero no se puede ser oposición dentro del gobierno».

El tercero es la seriedad, en el sentido de que los proyectos del Consistorio deben contar con «respaldo político y aval técnico» La cuarta norma sería el respeto programático, en referencia a realizar un seguimiento del cumplimiento del acuerdo «con consensos, sin derecho a veto y sin presión mediática».

Finalmente, Asiron pide que exista responsabilidad, algo que «debe guiar las relaciones en un trabajo en equipo».

El alcalde confía en que los cuatro grupos acepten la puesta en práctica de estos principios para de esta manera dar por zanjada la crisis de confianza, algo que espera conseguir en el plazo de una semana o diez días. A partir de ese momento es cuando se estudiaría una posible «reestructuración del equipo de gobierno», en el que Geroa Bai estaría dispuesto a entrar, según puso de relieve en la reunión de ayer. Asiron ha señalado al respecto que la entrada de Geroa Bai no supondría obligatoriamente alguna salida de las concejalías delegadas.

Asiron ha recalcado que el cambio ha venido para quedarse, «no para ser una anécdota en la historia menuda de la ciudad», un cambio que «pertenece a todos los que han luchado para que se llevara a efecto y a los que lo sostienen».